get used to

Hoy meditaba, mientras caminaba por Rivadavia y me dejaba llenar de gotitas de una lluvia demasiado anunciada pero que no llegó. Decia, hoy meditaba acerca de lo raro que somos las personas, de cómo la frase que nos califica como "animal de costumbres" es tan, pero tan real.

Pensaba en cómo llega rápido la rutina a formarse. Me acordé de los últimos meses de mi abuelo, atacado de zopetón por una demecia senil y cómo en muy poco tiempo toda nuestra vida familiar/laboral/estudiantil se vio trastocada y empezó a girar en torno a ello (que siempre, siempre haya alguien en casa; que no salga solo a la calle; que no salga al a calle at all, etc, etc, etc)

También pensé en mi primera mitad de este año, cuando tenia un trabajo de lunes a viernes (30 horas en total) y otro los fines de semana (17 horas) y cursaba 2 materias que me obligaban a ir a la facultad 3 veces por semanas, 4 horas cada día, además del taller de pastelería. Es decir, 64 horas de actividad, sumado al tiempo de transporte (2 horas diarias, 14 a la semana) son 78, más 42 horas de sueño (6 por día, más o menos) dan un total de 120 horas de las 168 que tiene la semana. Esto implica que durante la primera mitad del 2009 yo usaba el 72% de mi semana en trabajar e ir a clase (no digo estudiar, porque no cuento las horas de culo en la silla en mi casa) y me quedaba apenas el 28% de mi tiempo para vivir. Claramente esto se sostuvo a base de poca sinapsis, mucho cabezadurismo y una dosis diaria de 102 Años Plus (elemento altamente recomendable) y, más que obvio, duró sólo algunos meses.

Eso como ejemplo.

A lo que iba mi pensamiento lloviznero era que en muy, pero muy poco tiempo, cuando tu vida, tus costumbres, tu cotidianeidad cambian radicalmente, en mucho menos tiempo del que creíamos, nos reacomodamos, para bien o para mal. Hasta que en un punto te olvidás de que no siempre fue todo así, que antes tuviste una vida distinta y que, seguramente, después vas a tener otra, pero que no podes contemplar en ese momento.


Y me pareció muy loco.














nɐd dice:
me encanta cuando escribis, parece q hablaras lento, lo cual es una rareza extraña